Hace 3 días, el 22 de Enero, falleció en París André Green. Nacido en 1927, tenía 85 años.
No haré un comentario de su obra, que los hay y muy buenos, y que pronto bajo esta noticia se multiplicarán. Comentaré más bien una reflexión personal.
Es curioso cómo cambia la percepción de un texto cuando se reconoce que su autor ha fallecido; es como si el mismo texto falleciera, se clausurara. Algo de las posibilidades de diálogo y pregunta que el texto-sujeto suscitaba han desaparecido para siempre. Los textos pasan a ser un "testimonio", como él decía respecto de su escritura.
Esta vez, no será posible que el psicoanálisis vivifique tu letra, André. Deberá ser el recuerdo vivo de tus lectores quienes te recordemos escritor viviente. El resto, nos está más allá.
Me sumo a la multitud de simpatizantes de tu obra, y de jóvenes -y no tan jóvenes- agradecidos por tu esfuerzo, pasión e inteligencia psicoanalítica. Gracias. Tu trabajo también vivirá en nosotros.
Le pido al Señor por el descanso de tu espíritu. Él sabrá cómo sopesar tus esperanzas y tus dudas.
QEPD
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